La Escuela Naval Militar de Marín, en la ría de Pontevedra, se vistió de gala este miércoles para acoger una jornada cargada de solemnidad y simbolismo, coincidiendo con la festividad de la Virgen del Carmen, patrona de la Armada Española. En un acto presidido por Sus Majestades los Reyes Felipe VI y Letizia, acompañados por la Infanta Sofía, la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón y Ortiz, recibió la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, una distinción que reconoce su compromiso y excelencia en su formación militar. Este evento, que marcó el cierre de su etapa en la Armada, también incluyó el juramento o promesa ante la Bandera de 86 aspirantes de primer curso y la entrega de Reales Despachos a 130 nuevos oficiales, 20 de ellos mujeres, en un día histórico para la institución naval.

Reconocimiento a la dedicación de la heredera

La Princesa Leonor, de 19 años, ha sido el centro de todas las miradas en esta ceremonia, la cual simbolizó el fin de su formación en la Escuela Naval Militar y, también, un hito en su preparación como futura jefa suprema de las Fuerzas Armadas, según lo establecido por la Constitución Española. La Gran Cruz del Mérito Naval, impuesta por su padre, el Rey Felipe VI, sigue la tradición de su propio recorrido militar, pues él mismo recibió esta distinción en 1987 al concluir su formación en la misma escuela. El real decreto, aprobado el 15 de julio de 2025 por el Consejo de Ministros y publicado en el Boletín Oficial del Estado, destacó “los méritos y circunstancias” de la guardiamarina Leonor de Borbón, subrayando su dedicación durante el curso 2024-2025.

El acto comenzó a las 12:00 horas con la llegada de los Reyes y la Infanta Sofía, quienes fueron recibidos por la ministra de Defensa, Margarita Robles, el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñeiro Sánchez. Tras los honores de ordenanza, con salvas disparadas desde el buque escuela Juan Sebastián de Elcano atracado en el muelle de Torpedos, el Rey, ataviado con el uniforme de gala de capitán general de la Armada, pasó revista a las tropas, entre las que se encontraba la Princesa Leonor, vestida con el uniforme de verano de guardiamarina, al igual que sus compañeros.

El momento álgido llegó cuando el Rey impuso a su hija la Gran Cruz, una banda con los colores de la bandera de España y una placa en la insignia de la solapa, en un gesto que desató aplausos entre los cerca de 3.000 asistentes, entre familiares, autoridades y representantes de la sociedad civil. Posteriormente, Leonor ascendió al empleo de guardiamarina de segundo, equivalente a alférez de cuarto en otras academias militares, y ocupó un lugar en la tribuna real junto a su familia para presenciar el resto de la ceremonia, que incluyó la jura de bandera de los aspirantes y la entrega de despachos a los nuevos oficiales.

Reencuentro familiar

La presencia de la Reina Letizia y la Infanta Sofía añadió un carácter especialmente emotivo al evento, ya que supuso el primer reencuentro público de la Familia Real desde octubre de 2024, durante los Premios Princesa de Asturias. La Infanta Sofía, recién llegada de Gales, donde cursa el bachillerato internacional en el UWC Atlantic College, acompañó a sus padres para acompañar a su hermana en este día significativo.

La Reina Letizia, elegante con un vestido azul marino de la firma sevillana Vogana, y la Infanta Sofía, con un look sobrio compuesto por una blusa blanca de Rivera y pantalones palazzo negros, optaron por estilismos discretos que cedieron el protagonismo a la Princesa de Asturias. Este gesto reflejó el deseo de la Familia Real de destacar la relevancia institucional del acto, en el que Leonor no solo representó su compromiso personal, sino también el vínculo de la Corona con las Fuerzas Armadas.

La entrega de la Gran Cruz del Mérito Naval corona un año intenso para la Princesa Leonor, quien ingresó en la Escuela Naval Militar en agosto de 2024 tras completar su formación en la Academia General Militar de Zaragoza, donde recibió la Gran Cruz del Mérito Militar en julio de 2024. En Marín, Leonor participó como una alumna más, integrándose plenamente en la rutina de la academia. El 11 de enero de 2025, embarcó en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano desde Cádiz para un crucero de instrucción de seis meses, recorriendo 17.000 millas náuticas y visitando países como Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Colombia, Panamá, República Dominicana y Estados Unidos.

A mediados de junio, la Princesa regresó a España en avión desde Nueva York para cumplir con un programa adicional de formación en la fragata Blas de Lezo, antes de reincorporarse al Elcano cerca de Gijón. Este itinerario, diseñado para complementar su preparación naval, incluyó ejercicios prácticos y formación intensiva, consolidando su experiencia en la Armada. El comandante director de la Escuela Naval, Pedro Cardona Suanzes, destacó en su alocución el valor de esta “experiencia humana” para Leonor, subrayando el compañerismo y los lazos forjados con sus compañeros, a los que describió como su “segunda familia”.

El acto en Marín no solo celebró los logros de la Princesa de Asturias, sino que también marcó momentos históricos para la Armada. Entre los 130 nuevos oficiales, destacó la alférez de navío Sara García-Cubillana López, la primera mujer en graduarse como número uno de su promoción, recibiendo un sable de honor de manos del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Además, la ceremonia reflejó la diversidad de la Escuela Naval, con la participación de alumnos de Arabia Saudí, Tailandia y Ecuador, evidenciando su carácter internacional.

La jornada incluyó un homenaje a los caídos, con la entonación de La muerte no es el final y la Salve Marinera, así como el tradicional desfile de clausura, que cerró el acto bajo los aplausos del público. El buque escuela Libertad de la Armada Argentina, atracado en la bocana de la academia, añadió un toque de hermandad internacional al evento.

Con este capítulo concluido, la Princesa Leonor se prepara para su próximo destino: la Academia General del Aire y del Espacio en San Javier, Murcia, donde a partir del 1 de septiembre de 2025 iniciará el último curso de su formación militar. Allí, aprenderá técnicas de vuelo, ingeniería aeronáutica y estrategia operativa, completando en 2026 un itinerario castrense que la consolidará como una heredera preparada para asumir sus responsabilidades constitucionales.

La presencia de la Familia Real en Marín también tuvo un significado especial para Galicia, que días antes había reconocido a la Princesa Leonor con la Medalla de Oro de la Xunta y el título de Hija Adoptiva de Marín. En su discurso en Santiago de Compostela, Leonor expresó su gratitud por la acogida de la región, describiendo su experiencia en la ría de Pontevedra como “intensa y exigente”, pero profundamente enriquecedora.

A pesar del ambiente festivo, el acto no estuvo exento de controversia, con una concentración convocada por Galiza Nova, la organización juvenil del Bloque Nacionalista Galego, en protesta contra la monarquía. Sin embargo, la solemnidad del evento y la presencia de autoridades como el presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices, la alcaldesa de Marín, María Ramallo, y el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, reforzaron el respaldo institucional a la Corona y a la Armada.

Fotos: europapress.es

 

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