El presidente de Argentina, Javier Milei, escaló la tensión política al acusar a un «grupo de periodistas» de ser parte de una «red de espionaje ilegal». Las declaraciones de Milei se producen tras la filtración de nuevos audios de su hermana y asesora, Karina Milei, en el marco de la investigación por una presunta trama de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis).
El mandatario, sin nombrar directamente a los implicados, escribió en redes sociales que «estos espías que se disfrazan de ‘periodistas’ quieren desviar la atención». Aseguró que «no están por encima de la ley» y que, a diferencia de lo que creen, «no son impunes». Las acusaciones surgen luego de que un nuevo audio, grabado ilegalmente en el Congreso, fuera difundido por el canal uruguayo Dopamina, mencionando al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
Menem, por su parte, respaldó la postura del gobierno, calificando las maniobras como un «intento deliberado de desestabilización» por parte de la «vieja política». El presidente de la Cámara de Diputados afirmó que la divulgación de audios forma parte de una «operación de Inteligencia ilegal» diseñada para perjudicar a la administración de Milei de cara a las próximas elecciones.
La ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, ha anunciado que el Gobierno ampliará la denuncia en el caso. Mientras tanto, un juez federal ya ha prohibido la difusión de las grabaciones de Karina Milei. Entre los nombres señalados por el Gobierno como responsables de la filtración se encuentran los periodistas Mauro Federico y Jorge Rial, así como el abogado Franco Bindi. En respuesta, el abogado Gregorio Dalbón ha denunciado al Gobierno por presunto abuso de autoridad al solicitar el registro de los domicilios de los periodistas. El caso se investiga bajo una denuncia penal a cargo del juez Julián Ercolini.
