Miles de profesores, obreros y empleados de universidades públicas en Venezuela inician este martes una paralización de actividades por 48 horas para exigirle mejoras salariales al gobierno de Nicolás Maduro.
La Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV) comunicó el fin de semana la convocatoria a un paro nacional el martes y miércoles de esta semana por lograr “un salario digno”, así como para alcanzar una negociación colectiva con el Ejecutivo y “libertad sindical”, luego de amenazas contra voceros del gremio.
Se calcula que existen 44.000 docentes universitarios en el país suramericano. La idea de detener las actividades educativas y administrativas de las escuelas de estudios superiores nació del gremio de obreros, pero el resto de los trabajadores decidieron sumarse a ella.
La convocatoria surge luego de meses de protestas en las calles de múltiples regiones de Venezuela de cientos de miembros del personal educativo, no solo de universidades, sino además de preescolares y escuelas, principalmente por sus bajos ingresos mensuales.
José Gregorio Alfonso, presidente de la Asociación de Profesores Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (APUCV), detalla a la Voz de América que un docente con estudios de doctorado gana apenas alrededor de 30 dólares al mes.
Años atrás, un profesor en su etapa inicial como educador ganaba un promedio de 1.200 dólares mensuales. Esa diferencia resulta “incomprensible” para el gremio, advierte.
Según Alfonso y la mayoría de los sindicalistas universitarios, el gobierno venezolano aplica una “política de Estado para menoscabar y reducir” la vida académica por su “potencial crítico” con respecto a las condiciones de vida y el devenir nacional.
“Para el gobierno la educación en lo absoluto es una prioridad. El 90 % de la opinión critica la ejercen los académicos”, asegura Alfonso, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, quien dice esperar que el paro nacional logre “algún nivel” de entendimiento entre su gremio y el gobierno venezolano.
Video VOA
Tiempo donado
El trabajo académico “no se paga” en Venezuela, según Keta Stephany, secretaria de información de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela.
Denuncia que las universidades públicas en el país están funcionando por la “donación de tiempo y talento”, no solo de profesores, también del personal no docente.
Stephany evalúa como “equivocada” la posición de algunos estudiantes de las universidades en contra del paro. Insiste, en cambio, en que las exigencias deben ser orientadas a un Estado que debe “garantizar” la equidad de ingresos y el financiamiento de la educación.
“Si no desarrollamos estas acciones, al final terminaremos dando clase gratis a una élite, porque los sectores de menores recursos no pueden acceder a la universidad así tú no cobres matrícula”, como se conoce a los pagos mensuales a esas instituciones.
La también profesora de la UCV cuestiona la opacidad con la que el Estado maneja los recursos, demanda que los salarios “dignos” sean pagados con dinero “orgánico” y que las negociaciones se lleven a cabo con las federaciones “legitimas”.
“Debe haber una planificación, rendir cuentas de cuál es el ingreso, una proyección del ingreso, en qué se está gastando el presupuesto nacional, todo eso es un misterio”, apunta.
“Salarios de hambre”
Se ha debatido además la posibilidad de escalar las manifestaciones a un paro indefinido. Alfonso dice no descartar ninguna acción, pero admite que esa idea no los “motiva”.
“Nos motiva que podamos regularizar nuestras vidas, apostamos a que las cosas sean mejor y reivindicamos el derecho a vivir libremente producto de nuestro trabajo”, insiste.
Se prevé que 5.000 profesores, empleados y obreros de la Universidad del Zulia, una de las más antiguas y con mayor número de trabajadores en Venezuela, se sumen al paro, confirmó a la VOA el presidente de la asociación de docentes de esa institución, Francisco Pinto.
A su entender, el gobierno venezolano “se propuso acabar con las universidades” mediante recortes graduales durante años de hasta 80 % de lo requerido en sus presupuestos.
Según Pinto, los profesores universitarios de Venezuela reciben “salarios de hambre” por sus trabajos. “Somos todos los empleados públicos. Esta lucha no es exclusiva del sector universitario. Estamos trabajando en forma mancomunada todos los factores que dependen del Estado por ser trabajadores públicos”, subraya el vocero gremial.
En enero, la vicepresidenta del gobierno madurista, Delcy Rodríguez, adelantó que el presidente venezolano anunciaría medidas salariales, que aún no se han concretado.
El salario mínimo mensual en Venezuela es de 130 bolívares, equivalentes a poco más de 5 dólares. Se trata del nivel de sueldos mínimos más bajo de toda América, según expertos.
El presidente de la comisión de Finanzas del Parlamento y diputado del chavismo, Jesús Farías, dejó entrever a principios de febrero que los cambios de las políticas salariales del gobierno de Maduro no se concretarían sino hasta mediados de este año.