La situación en Haití es cada vez más desesperante. El país caribeño se encuentra al borde del colapso, y en su capital, Puerto Príncipe, una de las realidades más aterradoras es el aumento de las violaciones y otros actos de violencia sexual. Estos crímenes se han intensificado a medida que las bandas armadas han expandido su control en la ciudad y en otras partes del territorio.
Se estima que las bandas criminales controlan un alarmante 90% de la capital, sumiendo a los ciudadanos en un estado de terror constante. Esta escalada de violencia se desencadenó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, lo que dejó un vacío de poder que ha sido aprovechado por los grupos criminales.
Las mujeres y niñas son las principales víctimas de estos actos atroces. En un reciente reportaje, la BBC conversó con algunas de las sobrevivientes, quienes valientemente compartieron sus historias de dolor y sufrimiento. Sus testimonios son un crudo recordatorio de la crisis humanitaria que se vive en el país.
El creciente control de las pandillas no solo ha afectado la seguridad, sino que también ha paralizado la vida en Haití, dejando a la población en una situación de extrema vulnerabilidad. La comunidad internacional sigue buscando soluciones, pero la situación en el terreno continúa deteriorándose.
