El presidente de Colombia, Gustavo Petro, rechazó el martes 21-Oct, la absolución por parte del Tribunal Superior de Bogotá del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) por los delitos de soborno de testigos y fraude procesal, que ha tumbado así la condena a 12 años de arresto domiciliario impuesta en primera instancia.
«Así se tapa la historia de la gobernanza paramilitar en Colombia, es decir, la historia de los políticos que llegaron al poder aliados con el narcotráfico y que desataron el genocidio en Colombia», manifestó a través de su perfil en la red social X, donde sostuvo que el tribunal «repite la historia».
En este sentido, denunció que el Tribunal Superior de Bogotá ha contradicho al Supremo al considerar que la interceptación del teléfono de Uribe como prueba fue ilícita y vulneró su derecho a la intimidad. «Afirma que la interceptación que judicialmente hizo un magistrado de la Corte Suprema a un delincuente, en donde aparece la voz de Uribe hablando de sobornos, es intimidad», criticó.
Petro vincula lo ocurrido con la coyuntura internacional, asegurando que su homólogo estadounidense, Donald Trump, «aliado con estos políticos y con Uribe, buscará la sanción al presidente que denunció en su vida las alianzas entre el poder político colombiano y el narcotráfico paramilitar en Colombia», en el marco de la nueva crisis diplomática entre Bogotá y Washington con motivo de la lucha contra el narcotráfico.
El jefe de Estado colombiano añadió que en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes «ya buscan el golpe de Estado» y afirmó que entre los promotores de esa iniciativa estarían «los que están metidos en el desfalco del Fomag», en relación con la polémica por el sistema de salud del profesorado.
Finalmente, convocó a una movilización ciudadana para el viernes en la plaza Bolívar de Bogotá, donde, tal y como afirmó, comenzará la recolecta de firmas del llamado poder constituyente: «Ha llegado la hora de las definiciones y quien define no es Trump, es el pueblo», concluyó.
