La solución al problema de los pacientes con enfermedad renal implica la renovación de las máquinas (riñones artificiales) en las unidades de diálisis, de Barquisimeto, estado Lara.
Diariamente, se reporta la avería de tres equipos, lo que lleva a un promedio de 21 riñones artificiales dañados cada día. Situación que afecta a aproximadamente 75 pacientes que no pueden recibir su tratamiento de diálisis de manera adecuada, según denuncia Daniel Colmenárez, presidente de la Fundación Amigos del Paciente Renal (Fundaprel).
Son equipos ya obsoletos, que se “parapetean” y han seguido funcionando, pero todo tiene un límite, dijo.
Advierte que, si la situación persiste, llegará un punto en que únicamente funcionarán dos o tres máquinas. Esto es lo que ha estado ocurriendo en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp), donde, a pesar de tener una capacidad instalada para 32 máquinas de diálisis, solo están operativas entre 10 y 20. Esta limitación reduce la posibilidad de brindar a los pacientes la atención médica necesaria.
En medio de los insistentes reclamos sin repuesta, se han venido deteriorando estos equipos indispensables para la vida del paciente renal, expuso.
Colmenárez recordó que en 2022 se elaboró un informe que detallaba la condición de estos centros de salud y fue presentado ante el Consejo Legislativo del Estado Lara (CLEL), donde obtuvo aprobación. No obstante, la Gobernación del estado Lara, encabezada en ese entonces por Adolfo Pereira y la Secretaría de Salud por Javier Cabrera, nunca ofreció una respuesta al respecto.
Familiares y pacientes le preocupa esta situación por los efectos que representa la reducción del tiempo de tratamiento de diálisis, que debe ser de cuatro horas. La calidad de vida de la persona depende de este tratamiento, ya que los riñones cumplen diversas funciones que la diálisis ayuda a reemplazar, agregó. AC.
