En el contexto de la crisis ambiental global, las frutas subutilizadas son una fuente importante de nutrientes aún mayor que las frutas convencionales, con formas de producción más sostenibles, al tiempo de ser un recurso genético.
Así lo dio a conocer la ingeniera Marisela Bravo, adscrita Laboratorio de Ecofisiología Vegetal, durante la charla denominada: Repensando nuestra alimentación frente a la crisis ambiental global.
La crisis ambiental global obliga a replantear los hábitos de consumo y a emprender acciones para la adaptación o resiliencia. En este contexto, el consumo de alimentos locales, autóctonos o naturalizados no solo promueve dietas más saludables, sino también sistemas alimentarios más sostenibles, añadió.
No obstante, la dieta de gran parte de la población mundial continúa restringiéndose a cultivos dominados por la agroindustria. A nivel global, los sistemas agroalimentarios se sustentan principalmente en solo cuatro especies vegetales —maíz, arroz, trigo y papa— que representan el 60 % del consumo calórico total.
Esta dependencia extrema resulta preocupante, considerando que se han documentado más de 7000 especies comestibles, aspecto que aumenta la vulnerabilidad de la soberanía alimentaria de los pueblos. Venezuela, uno de los países con mayor diversidad biológica en el mundo, no escapa a esta realidad.
«Nos hemos dedicado a estudiar elementos clave de la autoecología de especies frutales subutilizadas y las implicaciones ecológicas para el crecimiento y establecimiento de estas especies en escenarios de crisis climática. Hasta la fecha, hemos detectado más de 70 especies frutales subutilizadas y construido una completa base de datos que se ha enriquecido con resultados experimentales de campo, laboratorio y vivero, lo que ha permitido determinar aspectos claves de los procesos de germinación, crecimiento y aprovechamiento de estas especies».
En la actualidad están desarrollando el Catálogo de especies subutilizadas para la alimentación en Venezuela, un compendio que abarca una revisión de las condiciones agroecológicas de cada especie, manejo en vivero, aporte nutricional y aplicaciones culinarias, destacó Bravo.
El objetivo es generar la información científica que permita el desarrollo de estrategias locales y políticas nacionales para la mitigación y adaptación a la crisis climática, favoreciendo sistemas alimentarios sostenibles y resilientes, destacó la ingeniera. AC
