En una carta pública, Johnny Díaz Apitz, exdiputado de Copei, cuestionó al director del Instituto Niños Cantores del Zulia, padre Richard Colmenares, por rendir honores “castrenses” al gobernador Luis Caldera, quien es, además, dirigente político del PSUV.
“Lo que se presenció fue un espectáculo de adoctrinamiento, una versión tropical de rituales autoritarios, donde niños y jóvenes fueron usados como utilería política”, refiere el portal “Versión Final”.
Díaz Apitz, quien se identifica, además, como “ciudadano del planeta tierra”, se refiere a un acto ocurrido el pasado día martes 18 de noviembre en el Instituto Niños Cantores del Zulia:
“Pasará a la historia como uno de los episodios más vergonzosos de la institución en sus cincuenta años de trayectoria”, señala.
El exdiputado resalta que el propio texto oficial del evento lo confirma: “Parada Militar en honor al gobernador Luis Caldera Morales y a la primera dama, en su visita oficial al Instituto Niños Cantores del Zulia… en el marco de las Bodas de Oro”.
Y cuestiona tajantemente: “Convertir a los Niños Cantores en tropa y rendir honores castrenses a un político del Psuv constituye un hecho grotesco, impropio y totalmente contrario al espíritu de una obra que nació para formar voces, no soldados. Lo que se presenció fue un espectáculo de adoctrinamiento, una versión tropical de rituales autoritarios, donde niños y jóvenes fueron usados como utilería política”.
Despropósito
En la carta, se acusa al padre Colmenares como “responsable directo de este despropósito” por permitir y alentar “un acto que hunde el prestigio” de los Niños Cantores.
“Si su fidelidad está con el Psuv, debería entonces declararlo abiertamente y renunciar a sus votos religiosos, en lugar de utilizar una institución cultural y espiritual para rendir pleitesía militar a un gobernador. Durante décadas, los Niños Cantores del Zulia fueron símbolo de excelencia, arte, fe y disciplina”, cuestiona el político venezolano, que denuncia el abuso y la utilización de niños “en actos grotescos y desfiles de corte autoritario”.
En sus palabras, lo que hizo ese día el padre Colmenares “fue profanar esa historia, rebajarla y mancharla con un espectáculo humillante, que jamás debió ocurrir. Una institución creada para elevar el espíritu no puede ser convertida en un desfile político disfrazado de honor castrense”.
“Venezuela entera fue testigo del ridículo, y, peor aún, del peligro, de usar niños como instrumentos de propaganda. Este hecho no se olvidará, y mucho menos podrá justificarse”, sentencia el exdiputado de Copei (RG).
