Este próximo domingo 19 de octubre, la Iglesia Católica celebrará un hito histórico para Venezuela con la canonización de la Madre Carmen Rendiles Martínez junto al Dr. José Gregorio Hernández, elevándola a la dignidad de Santa.

Carmen Elena Rendiles Martínez nació el 11 de agosto de 1903 en Caracas, Venezuela. Creció en el seno de una familia profundamente católica y numerosa (fue la tercera de nueve hermanos), donde recibió una formación espiritual sólida. Un hecho distintivo de su nacimiento fue que, debido a una condición física, nació con una limitación en su brazo izquierdo, lo que la obligó a usar una prótesis. A pesar de esta dificultad, su fe nunca flaqueó, desarrollando una gran disciplina y sentido de la responsabilidad.
A la edad de 24 años, y guiada por una clara vocación de servicio, Carmen Rendiles ingresó a la congregación de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento en 1927. Inició su noviciado en la Casa Matriz de la congregación en Toulouse, Francia, donde recibió el nombre de María de San José. Su tiempo en Europa estuvo dedicado a la formación y a consolidar su espíritu religioso bajo los preceptos de la Orden.
Tras regresar a Venezuela y servir fielmente a su congregación, la Madre Carmen Rendiles fue elegida Superiora Provincial en 1946. Con el paso del tiempo, y por diversas circunstancias, surgió la necesidad de separar las comunidades venezolanas de la sede en Toulouse. Este proceso, impulsado por una profunda obediencia y visión de futuro, culminó con la fundación canónica de una nueva congregación religiosa: las Siervas de Jesús de Venezuela, el 14 de septiembre de 1946. La Madre Carmen fue su primera Superiora General, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Como fundadora y Superiora, la Madre Carmen Rendiles dedicó su vida a la expansión de la obra, centrada en la educación, la atención a los enfermos y el servicio parroquial. Guió el crecimiento de la congregación por todo el país, abriendo nuevas casas y dedicando sus esfuerzos a formar a sus religiosas bajo el carisma de la adoración al Santísimo Sacramento y el servicio caritativo. Su liderazgo se caracterizó por la firmeza, la prudencia y una inagotable dulzura.
Tras un accidente de coche en 1974, Carmen pasó los últimos años de su vida en silla de ruedas, falleciendo el 9 de mayo de 1977. Beatificada el 16 de junio de 2018, para su canonización, la curación milagrosa, atribuida a su intercesión, de una joven diagnosticada en 2015 de hidrocefalia triventricular idiopática, que requirió la colocación de una válvula de derivación, fue sometida a examen por el Dicasterio para las Causas de los Santos.
Fue sometida a varias operaciones y, tras varias hospitalizaciones, su estado de salud se deterioró. Pero un día una tía, que participaba en una celebración eucarística ante la tumba de la Madre Carmen, rezó por su recuperación.
Otros fieles pidieron entonces a la monja que intercediera, y la propia joven enferma participó en una misa en su sepultura, en la capilla del Colegio Belén de Caracas.
Tras tocar una imagen de la monja, la enferma mejoró rápidamente, hasta el punto de que el 18 de septiembre comenzó a caminar y a comunicarse, expresando el deseo de ir a dar las gracias a la Madre Carmen. La recuperación de la joven fue completa, estable y duradera, y el suceso se juzgó inexplicable desde el punto de vista científico.
La Madre Rendiles será elevada a los altares como Santa, un reconocimiento a su vida heroica y su influencia perdurable en la Iglesia venezolana.