En 1972, la Santa Sede declaró al Dr. José Gregorio Hernández «Siervo de Dios», primer título otorgado a una persona postulada a un proceso de canonización.

El 16 de enero de 1986, dadas sus virtudes cristianas el Papa Juan Pablo II firmó el decreto con el que lo eleva a Venerable, segundo título en el camino hacia la santidad.
El mismo Sumo Pontífice consideró que el doctor que Hernández posee “fe esperanza y caridad para con Dios y el prójimo”, virtudes heroicas que lo hacen digno de veneración por la feligresía.
El viernes 30 de abril de 2021 culminó un largo tiempo de espera por la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández. Finalmente está en los altares y más cerca de la canonización o la santidad, a la cual accederá con un nuevo milagro
Con el transcurrir de los años, ha sido inmenso el crecimiento de los devotos de José Gregorio, tanto en Venezuela como en el resto de países de América Latina donde también bautizan a los niños el nombre de José Gregorio.
En Europa, la voz migrante ha sembrado el nombre del Médico de los Pobres.
El gran milagro y la beatificación
El 10 de marzo de 2017, Yaxury, entonces de 10 años, y su papa, fueron interceptados en el caserío Mangas Coveras del estado Guárico, donde residen, por unos delincuentes, para robarles la moto a bordo de la cual se desplazaban
Les dispararon y una bala alcanzó la cabeza de Yaxury en la zona tempoparetal derecha. Cuatro horas después de ser llevada por caminos intrincados y en lancha, a través del río, llegó al Hospital Pablo Acosta Ortiz, de San Fernando de Apure.
La niña fue sometida a una intervención quirúrgica de cráneo, después de 48 horas, mientras se desangraba, con pérdida de masa encefálica, porque en el centro asistencial no había neurocirujano. El pronóstico era reservado.
Ante tal situación, su madre pidió la intercesión del Beato y, cuatro días después de la operación, la niña empezó a reaccionar bien 10 días después salió del hospital caminando y hablando
El sacerdote Gerardino Barracchini, vicario episcopal por la Santidad, de la Arquidiócesis de Caracas, detalla la situación surgida. Resalta cómo la mano de José Gregorio estuvo presente durante todo el proceso.
«Una de las cosas que más me impresionó fue como todos los médicos que atendieron a la niña en el hospital, seguían trabajando allí 21 meses después que ocurrió el hecho», indicó, detallando que fueron «desde el que recibió a la muchacha en la Emergencia, los residentes, la pediatra intensivista, los neurocirujanos, el anestesiólogo”.
Entre los ocho médicos estaba al neurocirujano Alexander Krinitzky, jefe del grupo que operó a la menor y quien pasó el dato a la Iglesia.
“Se facilitó grandemente el estudio del caso porque se les pudo entrevistar a todos para la reconstrucción de los hechos, recoger sus valiosos testimonios para demostrar el milagro”, como lo ratificaron los siete médicos del Vaticano que estudiaron el caso
*Todos aseguraban que la curación de la niña no tenía explicación científica», recordó Barracchini.
Aun cuando el especialista y los estudios previos diagnosticaban que tendría severas secuelas, la niña fue dada de alta completamente sana, caminando, hablando y viendo sin dificultad.
En un tiempo récord de 24 días, del 18 de diciembre de 2018 al 11 de enero de 2019, los integrantes del Tribunal Eclesiástico estudiaron el milagro.
El sacerdote Juan Carlos Silva, juez del Tribunal Eclesiástico de Caracas, como juez delegado; Pedro Reinaldo Pérez Hurtado, como notario actuario; y la pediatra Elizabeth Sosa de Bermúdez, exjefa del servicio de Pediatría del centro asistencial apureño, como perito médico, junto con Barracchini, realizaron la investigación.
Interrogaron a todos los testigos médicos y no médicos, entre ellos a la misma Yaxury, su hermana Yeis
i y mamá, Carmen Ortega.
También recolectaron las pruebas médicas, como la historia clínica y exámenes realizados a la menor antes y después de la cirugía, y durante su posterior recuperación, entre ellos radiografías y tomografías.
Y el viernes 11 de enero realizaron la última sesión, de clausura, en la sede de la Conferencia Episcopal, en Caracas. Allí, el Cardenal Baltazar Porras firmó y selló el dossier y las dos copias que entregó al Vaticano, siete días después.
Milagros del Siervo de Dios
El proceso de comprobación de los milagros atribuidos al Dr. José Gregorio Hernández descartó en el año 1986 y luego en el 2009 dos casos presentados dentro del proceso de beatificación.
En total, fueron presentados ante la Santa Sede, tres milagros. Se podría decir que tuvieron documentación que les permitió avanzar en cierto momento en las investigaciones realizadas.
Son incontables los hechos de sanación atribuidos al Dr. José Gregorio, en Venezuela y en otros países del mundo. Muchos son los venezolanos y extranjeros que le adjudican su sanación, pero ante la Santa Sede, no han sido sustentados.
Hasta el 2018, tenía un registro de más de 2.100 casos. Uno de ellos es el de la estudiante universitaria Carla Gómez quien en 2017 peregrinó hasta la montaña de Sorte, en el estado Yaracuy, para invocar el nombre de José Gregorio Hernández y pedir su curación milagrosa. Sufría de fatiga crónica y le costaba salir de la cama cada mañana. El problema posteriormente fue curado.
También fue curado el hígado del hijo de Ana María Martínez, tras sufrir un trágico accidente. Ella asegura que fue José Gregorio.
Imagen de José Gregorio y curación
Rafael Grismán narra tener en su casa una imagen de 50 cms de altura del Dr. José Gregorio, ante la cual reza cuando está enfermo. Yony Bolívar celebra que, gracias a su fe en el doctor, recuperó la movilidad que había perdido en parte de su cuerpo.
Milagro a un actor
El actor Sócrates Serrano le dedicó en 2019 la producción teatral «Gregory, canal de fe», en la que contaba cómo se acercó a la devoción de José Gregorio Hernández después de que se le diagnosticaran un cáncer de colon. «Siempre había tenido una formación muy racional, pero en ese momento descubrí que la ciencia no tenía todas las respuestas. Creo que José Gregorio me acompañó en mi curación», contó el actor protagonista de la película Azul y no tan Rosa, ganadora del primer premio Goya, para Venezuela.