Nueva York, la ciudad que nunca duerme, amanece hoy con el pulso acelerado de una elección que podría redefinir su rumbo político en un país aún marcado por las tensiones postelectorales de 2024. Desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche, más de 5.5 millones de votantes registrados decidirán quién será el próximo alcalde de la metrópoli más poblada de Estados Unidos, y con ello, el futuro de una urbe que encarna las fracturas de la nación: desigualdad creciente, crisis habitacional y un feroz enfrentamiento entre el progresismo radical y el pragmatismo centrista.
En un año de comicios locales relevantes —con contiendas simultáneas en Virginia y Nueva Jersey—, la elección neoyorquina se perfila como un termómetro del clima político estadounidense. La sombra de Donald Trump, reelegido presidente en 2024, se proyecta sobre una ciudad históricamente liberal que hoy enfrenta su propio dilema ideológico.
El escenario llega marcado por el agotamiento político. El actual alcalde, Eric Adams, renunció a la reelección en septiembre tras escándalos de corrupción y una aprobación desplomada por debajo del 20%. Su salida dejó un vacío que el Partido Demócrata no ha logrado llenar sin fracturas: el ala progresista y la moderada compiten entre sí, mientras independientes y republicanos buscan capitalizar el descontento ciudadano.
Con una participación prevista entre el 40% y el 50%, y más de un millón de votos emitidos por adelantado, los neoyorquinos votan en un ambiente polarizado, intensificado por intervenciones de alto perfil: el respaldo de Donald Trump y Elon Musk al exgobernador Andrew Cuomo ha sacudido los últimos días de campaña.
Los protagonistas: del idealismo socialista al pragmatismo resucitado

| Candidato | Partido | Apoyo promedio (octubre-noviembre 2025) | Plataforma clave |
|---|---|---|---|
| Zohran Mamdani | Demócrata | 41-43% | Vivienda social, justicia racial, salario mínimo elevado |
| Andrew Cuomo | Independiente | 33-37% | Seguridad pública, incentivos económicos, pragmatismo |
| Curtis Sliwa | Republicano | 12-14% | Mano dura contra el crimen, oposición al socialismo |
| Brad Lander y otros | Independientes/Menores | <5% | Transparencia fiscal, reformas locales |
Fuente: Promedios de encuestas de Emerson College, Siena y AtlasIntel.
Los temas candentes: vivienda, seguridad y el fantasma de Trump
La campaña se ha centrado en tres ejes. Primero, la crisis habitacional: los alquileres han subido un 20% desde 2020 y más de 1.2 millones de residentes viven en condiciones de pobreza. Segundo, la seguridad pública, tras un repunte de delitos menores desde la pandemia. Y tercero, la batalla ideológica, donde Mamdani enfrenta críticas por su apoyo al movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel), lo que ha alejado a votantes judíos y moderados. Cuomo, por su parte, capitaliza ese rechazo con un discurso de “recuperación del sentido común”.
El espectro de Trump sigue siendo omnipresente. Su sorprendente victoria en Nueva York en 2024 —la primera para un republicano en más de tres décadas— ha reconfigurado las lealtades locales. Su apoyo explícito a Cuomo pretende movilizar a votantes de Staten Island y sectores empresariales de Brooklyn y Queens, mientras Mamdani apuesta por la juventud, las minorías y el electorado progresista urbano con el lema “Una Nueva York para la gente, no para los multimillonarios”.
El veredicto: ¿una Nueva York socialista o el retorno al centro?
Las proyecciones siguen divididas. Emerson College da a Mamdani una ventaja de hasta 25 puntos, mientras AtlasIntel habla de una carrera cerrada (41-37%). Plataformas de predicción como Polymarket inclinan la balanza hacia el demócrata, pero la participación en comunidades judías y latinas será decisiva.
Una victoria de Mamdani consolidaría el giro izquierdista de la ciudad y podría abrir un nuevo frente con la administración federal de Trump. En cambio, un triunfo de Cuomo supondría el regreso del centrismo neoyorquino, aunque bajo la sombra de su pasado político.
Mientras tanto, el resto de contiendas locales —como las del Concejo Municipal o la Contraloría— pasan a segundo plano. Lo que está en juego hoy trasciende los límites de la ciudad: es una prueba de hasta qué punto el progresismo puede sobrevivir en la era Trump.
Con el sol elevándose sobre el Hudson, Nueva York se prepara para un día larco. Los primeros resultados llegarán pasada la medianoche, pero el verdadero veredicto se conocerá en los próximos días, cuando el nuevo alcalde enfrente el desafío de gobernar una ciudad al borde del abismo.
Claramente, esta no es solo una elección local, se trata de otro capítulo en la historia de una democracia estadounidense en perpetua reinvención.