El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, realizó una visita inesperada a Puerto Rico, acompañado por el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine. Esta visita se produce apenas unos días después del despliegue de al menos diez cazas F-35 en la isla, como parte de la estrategia del gobierno de Donald Trump para intensificar la lucha contra el narcotráfico en América Latina.
La gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, confirmó la llegada de los altos mandos, expresando su gratitud por el reconocimiento de la importancia estratégica de la isla.
González manifestó su apoyo a las políticas de «America First», afirmando que son cruciales para «garantizar la seguridad de nuestras fronteras y combatir las actividades ilícitas» que amenazan a los ciudadanos y a la nación. Además, ha destacado que la inversión del gobierno de Trump en esta lucha posiciona a Puerto Rico, que sirve como la frontera estadounidense en el Caribe, en un papel clave. La gobernadora considera que, por primera vez, se está abordando el problema del narcotráfico desde la raíz.
En sus declaraciones, la gobernadora no solo se refirió a la importancia de la ubicación geográfica de Puerto Rico, sino que también agradeció al gobierno de Trump por su lucha contra el narcotráfico. Con esto, la administración puertorriqueña busca posicionar a la isla como un actor fundamental en la estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos.
Este reciente despliegue de cazas F-35 se suma a la presencia de varios buques militares en aguas caribeñas. Esta escalada de operaciones se ha intensificado hasta el punto de que, esta semana, las fuerzas estadounidenses bombardearon una supuesta lancha de narcotraficantes, un ataque sin precedentes que resultó en la muerte de once personas. La situación en el Caribe se vuelve cada vez más tensa, con la Casa Blanca decidida a llevar la lucha contra los cárteles a un nuevo nivel.
El Pentágono continúa aumentando su presencia militar en el Caribe. Las recientes operaciones y la visita del secretario de Defensa subrayan la seriedad con la que el gobierno de Trump aborda la crisis del narcotráfico en la región. El objetivo es claro: reforzar la seguridad nacional y erradicar las redes criminales que operan en las fronteras de Estados Unidos.
AFP
