Según su más reciente estudio, la empresa de investigación de mercado Datanálisis 76 % de los venezolanos evalúa negativamente la situación de Venezuela, «amplificado por el ruido generado por las amenazas de sanción».
Asimismo, 44,7 % ha considerado emigrar, «aunque no hayan concretado una acción inmediata».
Si la crisis se agrava, más de 10 millones de personas podrían verse impulsadas a abandonar la nación, expresó, en sus redes sociales, el presidente de la firma, Luis Vicente León. «Obviamente la mayoría no podría concretarlo, pero el desapego y la frustración es monumental», añadió.
«Está claro que esto reactivaría una bomba migratoria que desestabilizaría no solo a Venezuela, sino a toda la región. En contraste, si la economía mejorara, solo 2,2 % mantendría su intención de migrar, lo que demuestra cuán sensibles son estos flujos al entorno económico», explicó.
Sin embargo, «hay algo más preocupante» y es que «al cancelar las licencias petroleras, Estados Unidos expulsa a sus propias empresas del sector energético venezolano y deja el terreno libre para que China y Rusia avancen en el control del petróleo, el oro y los minerales críticos, a través de mercados sin supervisión internacional. Lo que se abandona bajo presión no desaparece, cambia de dueño».
A juicio de también economista si el objetivo es reducir la migración, contener a China, proteger el acceso energético y evitar la pulverización total de la oposición, «Estados Unidos necesita estrategia, no castigo».
«La política de máxima presión no ha sido una solución: ha sido el máximo error y la mayoría abrumadora de los venezolanos, que la ha sufrido en carne propia, lo sabe perfectamente», expresó. ac
