La situación de los comedores escolares es crítica en el estado Lara. Más del 50 % de los 1.950 planteles educativos no está funcionando el Programa de Alimentación Escolar, denuncian dirigentes gremiales y sindicales.
La presidenta del Colegio de Licenciados en Educación del estado Lara, Laura Igarra, asegura que en aquellas escuelas donde sí está en marcha, no se ofrece un menú equilibrado que garantice a los estudiantes los nutrientes esenciales para su desarrollo y desempeño académico.
El menú carece de proteínas, uno de los nutrientes esenciales para la salud y el rendimiento de los estudiantes. Simplemente se limita a arvejas con arroz, además de otros granos y pastas con salsa. Cabe señalar que esta última es elaborada con la colaboración de los padres y representantes, añadió.
Una visión similar fue compartida por Eglis Ramírez, directivo del Sindicato de Maestros del Estado Lara (Sinvemal), quien destaca que son pocas las escuelas que cuentan con comedores operativos.
Menú no balanceado
Ramírez coincide con Igarra, el menú siempre se limita a los mismos alimentos: arroz, pasta y lentejas. En ocasiones, los niños reciben un vaso de chicha, y en algunas instituciones, de forma esporádica, se suministra pollo. En contraste, el presidente de la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (CNAE) de William Gil, ha declarado que este año se han incrementado el suministro de alimentos en 36 %, «solamente de proteínas se pasó de 2.900 toneladas métricas a 3.445 TM». Esto en el reimpulso del Programa de Alimentación Escolar.
Sin embargo, Ramírez subraya que, además de ser un menú no balanceado, las raciones son insuficientes. En estas pocas escuelas donde se ofrece comida, el suministro no es regular ni constante, para muestra la Unidad Educativa Javier no tiene comida desde el pasado jueves. acota el dirigente. Explica, esta situación de los comedores en las escuelas de Lara lleva unos cuatro años.
De hecho, el proyecto emblema del Gobierno, que son las Escuelas Bolivarianas, dejaron de funcionar en el estado Lara, ante la imposibilidad de mantener a los estudiantes en las instituciones hasta las 4:00 pm.
Esto ha provocado provocó eliminación paulatina de los horarios bolivarianos desde hace unos tres o cuatro años. Incluso el llamado bono bolivariano dejó de ser un beneficio adicional, pasando a integrar el salario base del docente.
Este cambio aparece reflejado en el recibo de pago del trabajador no como bono bolivariano, sino como un derecho adquirido correspondiente a 53 horas, finalizó Ramírez. AC
