La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitió una alerta de seguridad urgente a todos los operadores de vuelo del país, recomendando «extremar la precaución» en el espacio aéreo venezolano, específicamente en la Región de Información de Vuelo de Maiquetía (SVZM FIR). Esta medida se debe al «deterioro de la situación de seguridad» y a la escalada de la actividad militar en la zona, en medio de las crecientes tensiones entre Washington y Caracas.
El organismo estadounidense registró, desde septiembre, un notable aumento en las interferencias y una mayor presencia militar del Estado venezolano. Aunque la FAA indica que Venezuela no ha manifestado la intención de atacar aviones civiles, advierte sobre su capacidad militar, señalando que sus fuerzas armadas poseen «aviones de combate avanzados y múltiples sistemas de armas capaces de alcanzar o superar las altitudes de operación de las aeronaves civiles». También mencionan el riesgo de sistemas portátiles de defensa aérea (MANPADS) a baja altitud.
Una de las preocupaciones clave son las interferencias tecnológicas. Varios aviones han notificado recientemente a la FAA problemas relacionados con la interferencia de los inhibidores y suplantadores de GNSS (Sistema Global de Navegación por Satélite). La FAA advierte que estos disruptores pueden afectar aeronaves hasta a 250 millas náuticas, impactando «una amplia variedad de equipos críticos de comunicación, navegación, vigilancia y seguridad a bordo».
Esta alerta coincide con el aumento de la presencia militar de EEUU en la región. La Casa Blanca ha intensificado sus operaciones en el Caribe y el Pacífico, incluyendo el despliegue del portaaviones ‘USS Gerald Ford’ como parte de la operación ‘Lanza del Sur’. Además, el Gobierno de Trump ha acusado a las autoridades venezolanas de vínculos con el narcotráfico y ha anunciado la intención de declarar al Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera, añadiendo más capas de complejidad y riesgo a la situación regional.
