El canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín sostuvo el lunes que las protestas indígenas y sociales son legítimas y que sus demandas deben ser atendidas por el gobierno, para lo cual convocó a fijar mesas de diálogo encaminadas a ese objetivo.
En una entrevista con The Associated Press, señaló que los manifestantes están “en su derecho a la protesta, a la resistencia y hay que entender que esa movilización tiene que ser atendida mientras sea una movilización en paz».
Una huelga convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas, la mayor de su tipo en el país, lleva ocho días de violentas protestas en reclamo de la reducción de los precios de la gasolina, más presupuesto para la educación y la fijación de precios de los productos agrícolas, entre otras demandas.
El lunes, miles de indígenas y campesinos lograron ingresar a la capital por diferentes puntos de acceso a través de la carretera Panamericana, sorteando a policías y militares que intentan impedir su avance.
La situación ha causado un tráfico intermitente en algunas de las principales avenidas capitalinas, mientras que en la ciudad portuaria de Guayaquil cientos de manifestantes, vestidos de blanco, se pronunciaron en contra de la paralización y a favor de la democracia.
El máximo líder de los indígenas, Leonidas Iza, indicó en un video publicado en las redes sociales que “queda en sus manos presidente de la República escalar la violencia o resolver los 10 puntos (planteados por esa Confederación), porque eso traería al pueblo ecuatoriano paz y dignidad”.
Añadió que si no se atienden las demandas planteadas “si sigue criminalizando, sigue militarizando las ciudades, si sigue pretendiendo implementar la dictadura… entonces el pueblo ecuatoriano sostendrá (la lucha) de manera firme y consecuente hasta las últimas consecuencias”.
En una cadena nacional, el presidente Guillermo Lasso convocó a los indígenas a buscar soluciones a cada una de las “legítimas necesidades” de las familias ecuatorianas, aunque señaló que la respuesta hasta ahora ha sido «más violencia, nuevas amenazas de atacar a Quito; no podemos permitir que unos pocos violentos impidan trabajar a millones de ecuatorianos… mantenemos abierto el diálogo».
Las protestas, que han afectado especialmente al centro norte andino, se han caracterizado por los cierres de vías, manifestaciones que han ido incrementando su agresividad en algunas ciudades. Los bloqueos terrestres mantienen virtualmente sitiada la capital, donde han empezado a causar desabastecimiento de alimentos y otros productos en tiendas y supermercados.
“Una población que no tiene acceso a la salud, a la educación, que no tiene buenos servicios públicos… está en su justo derecho de llamar la atención a los gobernantes. Es el día a día de los ciudadanos el que debemos cambiar”, destacó el ministro Holguín.
Acerca de un eventual diálogo expresó que “esperamos de la otra parte tenga la cordura necesaria para entender que… es el camino hacia la paz”.
Preguntado si teme por la continuidad de la democracia en Ecuador, Holguín respondió que “no creo que ninguna de las partes tenga ese objetivo” y que las protestas no tienen “apoyos internacionales” sino que son «los gritos de ayuda que requiere la población».
El viernes el presidente Guillermo Lasso suscribió una serie de decretos para atender algunas de las demandas indígenas pero no logró poner fin a la protesta. Al contrario, el lunes miles de manifestantes indígenas y campesinos se dirigían a pie a la sede del gobierno nacional.
Holguín añadió que la inconformidad social no es sólo un asunto de los ecuatorianos. “Problemas después de la pandemia tienen muchísimos países, lo que estamos viendo a nivel de conmoción social, no se ve solo acá… y las demandas no son tan distintas a lo que se ve en la región”.
La dirigente indígena Lourdes Tibán señaló que la represión “es un instrumento que no resuelve los 10 puntos (presentados por los indígenas). Por eso hago un llamado al gobierno nacional a entender la lógica del diálogo”.
Fuente: AP