La economía de los Estados Unidos se contrajo un 1,6 % en el primer trimestre del presente año, reportó el miércoles 29 de junio el gobierno en una leve disminución respecto de su estimado anterior.
Es la primera contracción del Producto Interno Bruto —el indicador más amplio de la producción económica de la nación norteamericana— desde el segundo trimestre de 2020, cuando la economía estaba sumida en la recesión debido a la pandemia del coronavirus, y ocurre luego de una robusta expansión de 6,9 % en los últimos tres meses de 2021. La inflación está por alturas que no se veían en los últimos 40 años entre los gobiernos de Jimmy Carter y Ronald Reagan y la confianza del consumidor está disminuyendo.
El mes pasado, el Departamento de Comercio estimó que la economía en el primer trimestre creció 1,5%. Pero en su tercer y último cálculo el miércoles dijo que el gasto consumidor —que conforma unos dos tercios de la actividad económica nacional— fue mucho menor de lo que había calculado, pues creció a una tasa anual de 1,8% y no 3,1% como indicó en mayo.
Eso se vio en parte contrarrestado por un nuevo cálculo sobre los inventarios de las tiendas. El departamento previamente había dicho que la disminución en los inventarios le había quitado menos de 0,4 puntos porcentuales al crecimiento económico en el primer trimestre y no 1,1 puntos porcentuales como había calculado en mayo.
Aun así, la contracción del PIB probablemente no es indicio de una recesión económica y los expertos prevén que la economía seguirá creciendo el resto del año.
La contracción se debió en gran parte a un factor que no es indicativo de la salud económica general: un mayor déficit comercial, reflejo del apetito norteamericano por bienes y productos extranjeros. Dicho déficit le restó 3,2 puntos porcentuales a la variación del PIB entre enero y marzo.
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