Este lunes 21 de noviembre se celebra, o se conmemora, en Venezuela el Día del Estudiante.
Ello deviene de la salida masiva a las calles del movimiento estudiantil venezolano, pero muy especialmente en Caracas y de la mano de los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), el 21 de noviembre de 1957.
Se trata, por cierto, de una historia que no es conocida por todos los venezolanos, especialmente los de las nuevas generaciones, y entre ellos, por supuesto, los estudiantes mismos.
En efecto, para ese entonces, Venezuela se hallaba bajo el terrible yugo de la feroz dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, uno de los tantos generalotes venezolanos que han llegado al poder para someter al país a cualquier tipo de escarnio; es decir, para manejarlo como si fuese de su propiedad, los venezolanos incluidos.
Para ese momento, el movimiento cívico clandestino contra la dictadura se había fortalecido, pero, además, se había intensificado en alto grado.
Pese a todo
Ciertamente, pese al temor que embargaba a mucha gente en el país –y no era para menos–, a lo cual, por supuesto, no eran ajenos los mismos estudiantes, éstos, sin embargo, tanto universitarios como liceístas, ya desde mediados de ese año 1957, estaban saliendo a las calles por cuenta propia a exigir el fin de la satrapía militar.
Esas exigencias de libertad se fueron extendiendo por todo el país, lo cual, como es lógico suponer, hizo que el régimen dictatorial endureciera más la oleada represiva, que también se extendía por todo el país.
Así, centenares de venezolanos, estudiantes muchos de ellos, fueron a parar con sus huesos las diferentes prisiones de la geografía nacional.
Fue entonces cuando el comando estudiantil clandestino decidió convocar a una huelga nacional estudiantil, que debía estallar –y estalló— el 21 de noviembre de 1957, pese a la brutal represión ya desatada.
Fue así como las clases se paralizaron por completo en todo el país, lo que sirvió para demostrar a toda el país que los estudiantes venezolanos combatían a la satrapía militar, y que no tuvieron miedo para hacer conocer su lucha frontal antigubernamental.
De hecho, cuando finalmente el régimen militar cayó, el 23 de enero de 1958, las clases se hallaban totalmente paralizadas
Por cierto, varios de esos estudiantes pagaron con sus vidas el “atrevimiento” de luchar en las calles por la libertad del país., mientras que oros fueron víctimas de crueles torturas.
Felicitaciones a todos los estudiantes venezolanos, y les exhortamos a que mantengan siempre su lucha por la libertad, en cualquier época y en cualquier circunstancia.
Reinaldo Gómez
