El destino de los ochos estadios de Catar, después de su Mundial 2022, muchos ya están programados para escuelitas, tiendas, hotel 5 estrellas, clínica de medicina deportiva, incluido el 974 que será desmantelado y algunos quedarán para la próxima Copa de Asia en enero de 2024.
El 974 fue diseñado para dejar la menor huella posible sobre la arena catarí, ha albergado siete partidos, el último fue fue de octavos de final en el que Brasil arrolló 4-1 a Corea del Sur el lunes de diciembre.
Los catarís dicen que la mole desaparecerá, pero no está claro cuándo. El país organizará pronto la Copa de Asia, los Juegos de Asia y posiblemente unos Juegos Olímpicos.
El Lusail incorporará “un espacio para escuelitas, tiendas, cafés, instalaciones deportivas y clínicas de salud”, dijeron los organizadores. El Al Bayt tendrá un hotel cinco estrellas, un centro comercial y una clínica de medicina deportiva.
Dos de los estadios serán usados por clubes de la liga local de fútbol. El Ahmad bin Ali es sede del Al Rayán, mientras que Al Wakrah jugará en Al Janoub. El Jalifa será el escenario de los partidos de selección nacional, incluidas las eliminatorias rumbo al Mundial de 2026.
COSTO 200 MIL MILLONES DE DÓLARES
El costo exacto de las sedes no está claro. El gasto total en proyectos relacionados con el Mundial se estima en alrededor 200.000 millones de dólares. Lo que ha sacado Catar con su dinero son siete estadios nuevos y peculiares con una fuerte inspiración en la cultura local.
El estadio de Lusail, para 89.000 personas, está modelado a imagen de un cuenco labrado a mano. Al Bayt, para 69.000 personas, recuerda a una tienda nómada del desierto y Al Thumama, inspirado en una tradicional gorra árabe.
El estadio Al Janoub fue diseñado por la fallecida Zaha Hadid. La que entonces era la arquitecta más famosa del mundo, dijo que estaba inspirado en la vela de un barco empleado para recoger perlas, pero muchos consideran que su techo evoca las curvas del cuerpo de una mujer.
AP