El Comando Sur de EE. UU. anunció que el portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque ya han ingresado a las aguas del mar Caribe. La llegada de este poderío naval se suma al operativo militar que Washington ha desplegado frente a las costas de Venezuela, un movimiento que, según aseguran, tiene como principal objetivo «combatir» el narcotráfico en la región, una misión ordenada por el secretario de Guerra, Pete Hegseth.
El despliegue de este grupo de ataque es considerado un paso crítico para la seguridad regional. El jefe del Comando Sur, Alvin Holsey, declaró que, mediante un «compromiso inquebrantable» y el «uso preciso de nuestras fuerzas,» están preparados para combatir las amenazas transnacionales que buscan desestabilizar la región. Subrayó que la presencia del Ford refuerza su determinación de proteger tanto la seguridad del hemisferio occidental como la seguridad del territorio nacional de EE. UU.
El USS Gerald R. Ford no llega solo; su grupo de ataque se une a otras fuerzas conjuntas que ya se encuentran en el Caribe, incluyendo el grupo anfibio de preparación Iwo Jima y la unidad expedicionaria de marines embarcada. El contralmirante Paul Lanzilotta, comandante del Grupo de Ataque de Portaaviones 12, destacó que el Ford es la plataforma «más capaz, adaptable y letal del mundo» y que su fuerza reforzará las capacidades existentes para proteger la prosperidad frente al narcoterrorismo.
Con más de 4.000 marineros y decenas de aeronaves tácticas a bordo, el USS Gerald R. Ford proporciona una capacidad de poder sostenida en el mar, capaz de lanzar y recuperar aviones en su cubierta día y noche. Su llegada se produce en un momento de creciente tensión, reforzando la estrategia de EE. UU. para interceptar lanchas vinculadas al narcotráfico marítimo, operativos que ya han arrojado resultados, incluyendo la intercepción de cargamentos y confrontaciones.
