A propósito de la canonización de los dos primeros santos venezolanos, José Gregorio Hernández y madre Carmen Rendiles, este 19 de octubre, el arzobispo de Caracas monseñor Raúl Bior, hizo una solicitud muy especial: pensar en la salud y la educación en Venezuela.
El ejemplo de la madre Rendiles y José Gregorio «nos invita a pensar en la salud y la educación a las que ellos dedicaron sus vidas. Por el bien de Venezuela, debemos hacer un pacto por fortalecer los sistemas públicos y privados de educación y salud”.
“Nuestras escuelas, liceos y universidades necesitan una inyección de compromiso y una fuerte inversión de recursos. Los santos tuvieron una educación de calidad, desde la escuela primaria”, manifestó.
Resaltó que la madre Carmen estableció escuelas y colegios destinados a niñas de escasos recursos. En este sentido, se plantea la idea de impulsar un pacto educativo global que involucre al Gobierno, empresas, comunidades, iglesias y a toda la sociedad en general. La educación constituye un pilar esencial para cualquier nación, y es un aspecto que no se puede ignorar. “La educación es vital para un pueblo. ¡Lo necesitamos!”, indicó.
En relación con la labor del Médico de los pobres, se hace evidente la necesidad urgente de fortalecer el sistema de salud. Esto implica proporcionar atención integral a los pacientes y también garantizar el bienestar de quienes son responsables de cuidarlos, como enfermeras, médicos, paramédicos, psicólogos y psiquiatras.
“Necesitamos robustecer la salud espiritual de todos, que pasa por las tres virtudes teologales: una más intensa vivencia de la fe, una renovada esperanza y una caridad que se prodigue por los más pobres y necesitados”, dijo Bior.
Santos para todos
Hay una atmósfera de espiritualidad, señaló el arzobispo, ya que desde el 19 de octubre Venezuela se llena de santidad. Por ello, hizo un llamado a todos los venezolanos “a seguir a Jesucristo siguiendo el ejemplo de José Gregorio y de la Madre Carmen”.
Ambos son santos universales para todos, como ha destacado el Episcopado y toda la Iglesia durante la campaña previa a esta canonización. Venezuela deja de ser únicamente una «tierra de gracia» para convertirse ahora y para siempre en una «tierra de santos».
“Ellos fueron, son y serán santos para todos y nos enseñan que servir es el camino”, indicó. AC
