Unos 7.9 millones de votantes eligen este domingo 17Ago, al presidente, vicepresidente, 130 diputados y 36 senadores, en Bolivia, donde el voto es obligatorio.
Los candidatos a la presidencia deben obtener más del 50 % de los votos o al menos el 40 % con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo, de lo contrario, se realizará una segunda vuelta el próximo 19Oct.
El contexto electoral está marcado por una profunda crisis económica, la peor desde la hiperinflación de 1985, con inflación anual del 24.8 % en julio de 2025, escasez de combustible, dólares y alimentos básicos, y un agotamiento de las reservas de gas natural que impulsaron el auge económico durante los gobiernos del expresidente Evo Morales.
Esta situación ha generado descontento generalizado con el gobierno del actual presidente, Luis Arce, y ha erosionado el apoyo al Movimiento al Socialismo (MAS), partido que ha dominado la política boliviana durante casi 20 años.
Políticamente, el MAS está dividido entre facciones leales a Arce y a Morales. Este último, que se encuentra inhabilitado por límites constitucionales a términos presidenciales y con una orden de arresto por un caso de relación sexual con una menor, llamó a sus seguidores a votar nulo, advirtiendo que esto podría «convulsionar» el país si los votos nulos superan al ganador. Por su parte, Arce no se presenta a la reelección.
Esta fragmentación de la izquierda abre la puerta a un posible giro hacia la derecha, algo inédito en décadas, con candidatos conservadores liderando las encuestas, que indican que, Samuel Doria Medina (centroderecha) lidera con 19.6-24.5%, seguido por Jorge «Tuto» Quiroga (conservador) con 16.6-22.9%, y Andronico Rodríguez (izquierda) con 6-13.7%. Eduardo del Castillo (MAS oficial) tiene bajo apoyo. S
