Un fascinante estudio de investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) sugiere que las personas que no beben suficiente líquido podrían tener un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas y más probabilidades de morir a una edad más temprana.
El nuevo estudio se inspiró en una investigación anterior del mismo equipo de científicos de los NIH que investigaron los efectos de la restricción de agua a largo plazo en la salud de los ratones. Ese estudio de 2019 descubrió que privar crónicamente a los ratones de una hidratación suficiente acortaba su esperanza de vida en unos seis meses, el equivalente a 15 años de vida humana.
Así que esta investigación actual se propuso explorar si los niveles óptimos de hidratación en humanos influyen en la salud y el envejecimiento. Para ello, el equipo analizó los datos de un estudio a largo plazo sobre la salud cardiaca que se inició a finales de la década de 1980. Los datos incluían a más de 15.000 participantes, seguidos durante una media de más de 25 años.
Como medida sustitutiva de la hidratación, los investigadores analizaron los niveles de sodio sérico en muestras de sangre. En personas sanas, esto se considera desde hace tiempo una forma eficaz de medir el grado de hidratación del cuerpo humano, ya que los niveles normales de sodio en suero se sitúan entre 135 y 146 mmol/l.
Los niveles de sodio sérico de la cohorte se midieron en varios periodos a lo largo de 25 años, junto con el seguimiento de 15 marcadores de salud utilizados para evaluar el envejecimiento biológico. Estos marcadores incluían la presión arterial, los biomarcadores inmunitarios y los niveles de azúcar en sangre.
En general, la investigación halló una correlación significativa entre los participantes con niveles séricos de sodio superiores a 142 mmol/l y un envejecimiento biológico más rápido. Más concretamente, los participantes con niveles séricos de sodio superiores a 142 mmol/l tenían hasta un 15% más de probabilidades de presentar un envejecimiento biológico superior a su edad cronológica. Esta tasa se disparaba hasta el 50% en aquellos con niveles séricos de sodio superiores a 144 mmol/l.
En cuanto a las enfermedades crónicas, los niveles de sodio sérico superiores a 142 mmol/l se correlacionaban con un 64% más de riesgo de padecer enfermedades crónicas, como insuficiencia cardiaca, diabetes y demencia. Las personas con los niveles de sodio sérico más elevados (144,5-146 mmol/l) tenían un 21% más de probabilidades de sufrir una muerte prematura que las que tenían los niveles de sodio sérico más bajos.
Por supuesto, la gran advertencia es que la correlación no implica necesariamente causalidad. Y los investigadores son cautos al señalar que estos resultados no pueden sugerir directamente que la disminución crónica de la hidratación provoque un acortamiento de la esperanza de vida. Es posible que los bajos niveles de hidratación diaria sean simplemente una buena representación de un estilo de vida saludable, y que los que se mantienen bien hidratados también coman mejor y hagan más ejercicio.
Pero los investigadores señalan que existen pruebas de laboratorio que sugieren que unos niveles bajos de hidratación pueden desencadenar signos de envejecimiento en células animales y humanas. Estos estudios demuestran que el aumento de sodio en suero puede provocar el tipo de actividad proinflamatoria y daños en el ADN que se han relacionado con el envejecimiento acelerado. Así que es plausible al menos plantear la hipótesis de que una hidratación crónica subóptima contribuye a las enfermedades relacionadas con la edad.
Natalia Dmitrieva, coautora del nuevo estudio, afirma que es posible que las personas con niveles séricos de sodio superiores a 142 mmol/l se beneficien de un aumento de la ingesta de líquidos. Algunas estimaciones indican que en torno al 50% de las personas no cumple la ingesta diaria de líquidos recomendada. Así que, según Dmitrieva, si nuevos estudios pueden validar esta asociación entre hidratación y salud general, esta sencilla intervención podría tener un impacto significativo en la salud mundial.
«A nivel mundial, esto puede tener un gran impacto», explicó Dmitrieva. «La disminución del contenido de agua corporal es el factor más común que aumenta el sodio sérico, por lo que los resultados sugieren que mantenerse bien hidratado puede ralentizar el proceso de envejecimiento y prevenir o retrasar enfermedades crónicas».
ENLACE ORIGINAL: Drink water, live longer? Study finds link between hydration and aging (newatlas.com)