Venezuela tiene la posibilidad de reducir considerablemente la carga burocrática que afecta a su sector exportador si avanza la propuesta de implementar un protocolo administrativo único para el comercio exterior, expresa el presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX) y de la Comisión de Comercio Exterior de Fedecámaras, Gustavo González Velutini,
Explica que actualmente el proceso para planificar y concretar un envío internacional requiere, en promedio, 52 días. Con la adopción de un sistema unificado, este tiempo podría reducirse a tan solo 10 días, 80,77 % una mejora que, de lograrse, transformaría significativamente la competitividad del país.
El planteamiento se enmarca dentro de una negociación en desarrollo entre el sector privado y las autoridades, con la finalidad de agilizar el proceso de obtención de permisos y disminuir los costos transaccionales vinculados a la exportación. Según González Velutini, el punto clave radica en el establecimiento de una ventanilla única de comercio exterior, diseñada para centralizar en una sola plataforma todas las autorizaciones necesarias emitidas por los diferentes organismos públicos.
“Con una ventanilla única, cualquier empresa podría gestionar todas sus permisologías y solicitudes desde un mismo punto, sin tener que navegar por múltiples oficinas o procedimientos”, reseña Finanzas Digital
Silencio administrativo positivo
AVEX promueve la inclusión de la figura del silencio administrativo positivo en el nuevo protocolo, lo cual evitaría que las entidades públicas exijan permisos adicionales no contemplados por el país importador. Esto busca minimizar la discrecionalidad, un aspecto que tradicionalmente ha ocasionado demoras, costos extra y, en algunos casos, pérdida de oportunidades comerciales.
A su vez, la Comisión de Comercio Exterior de Fedecámaras desarrolla propuestas para fortalecer la competitividad de los productos venezolanos en el ámbito internacional. Una de estas iniciativas contempla la devolución parcial de impuestos a lo largo de la cadena productiva, con énfasis en el IVA, cuya acumulación puede incrementar significativamente el precio final de ciertos bienes.
“Dependiendo del sector, esos costos fiscales pueden volverte menos competitivo frente a productores de otros países. Si queremos posicionarnos afuera, necesitamos aliviar esa carga”, afirmó González Velutini.
El sector empresarial confía en que estas iniciativas impulsen las exportaciones no tradicionales y fomenten la diversificación de una economía aún demasiado dependiente del petróleo. De implementarse con éxito, las reformas podrían acortar plazos, minimizar obstáculos y crear un entorno más estable para aquellos interesados en llevar sus productos a mercados internacionales. AC
