El general ruso, Yaroslav Moskalik, subjefe del principal departamento operativo del Estado Mayor ruso, murió en un atentado con un coche bomba en Moscú, el mismo día 25Abr de la reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin y Steve Witkoff, el enviado de Trump, quienes discuten un posible alto el fuego en Ucrania.
El atentado contra Moskalik, de 59 años, tuvo lugar al este de Moscú, en la ciudad de Balashija, concretamente en el patio de una urbanización de militares, donde el general falleció tras acercarse a un automóvil particular estacionado cerca de su residencia, en el que se detonó de forma remota un artefacto explosivo, aparentemente de fabricación casera y repleto de metrallas.
El rango de Moskalik era de relevante importancia y tenía una destacada trayectoria en la estructura militar del país. Era considerado una figura clave en la planificación estratégica del Ministerio de Defensa ruso.
El Comité de Instrucción ruso abrió un caso penal por asesinato y tenencia ilegal de explosivos. La portavoz de Exteriores, María Zajárova, también calificó el suceso como un acto de “terrorismo” y denunció a periodistas que «hay motivos para creer que los servicios especiales ucranianos estuvieron involucrados en el asesinato»
Sin embargo, hasta los momentos, nadie se ha atribuido la responsabilidad del ataque, pero se conoce que Moskalik, había sido incluido en la lista ucraniana Mirotvorets, en la que figuran personas consideradas “enemigos de Ucrania”.
Otros ataques a altos mandos
No es este el primer ataque mortal a altos cargos rusos en su territorio. BBC recuerda que, en diciembre 2024, el servicio de seguridad ucraniano SBU reconoció su responsabilidad en el asesinato del general Igor Kirillov, jefe de las Fuerzas de Defensa Radiológica, Biológica y Química, en circunstancias y con métodos similares a los empleados con Moskalik.
Apenas unos días antes, el destacado científico de misiles ruso, Mijaíl Shatsky, fue asesinado a tiros en un bosque cerca de Moscú.
En diciembre de 2023, Illya Kyva, exdiputado ucraniano con opiniones prorrusas, fue asesinado a tiros en un parque a las afueras de Moscú.
En abril de 2023, el bloguero probélico Vladlen Tatarsky murió al ser alcanzado por una bomba oculta en una estatua que le regalaron durante un evento en un café de San Petersburgo.