A 313 millones de bolívares asciende el monto de gastos propios de funcionamiento, aprobado por el Consejo Legislativo del Estado Lara (CLEL) para el año 2026, equivalente al 1.5 por ciento del situado constitucional del Estado Lara, y que le corresponden para el referido año 2026.
Portavoz de la información fue el licenciado Cristopher Contreras, presidente se dicho organismo colegiado, quien dejó en claro que ello está contemplado en la Ley Nacional de Consejos Legislativos.
También informó que, de la cantidad antes indicada, el 69 por cierto estará destinado para la atención al personal del CLEL, y el 31 por ciento restante se destinará a la ejecución del funcionamiento ordinario del CLEL.
Modificado el reglamento interior
También aprobó el CLEL el reglamento interior de funcionamiento, modificación que ahora solamente dejó la existencia de una sola comisión permanente de trabajo, de las que antes existían, como lo fue la de Política para la Contraloría, Finanzas y Presupuesto.
Se crearon, sí, varias subcomisiones, a saber:
De política para la economía y el nuevo modelo económico; de Política para Comunidades Humanas, Servicios Públicos y Buen Vivir; de Política para Derechos Humanos, Seguridad Ciudadana, Defensa, Unidad e Integridad Territorial; de Política para la Protección y el Desarrollo Social, dentro de la cual se incluye la atención a áreas tales como educación, salud, deporte, recreación, cultura, adultos mayores, misiones y grandes misiones.
Se ha creado también una nueva comisión, que propenderá al acompañamiento de las subcomisiones, al poder popular, a las comunidades organizadas y a las salas de autogobierno.
Adaptación
Por otra parte, señaló Contreras que “estamos adaptando el funcionamiento del poder legislativo del Estado Lara al plan de las siete transferencias nacionales, lo que nos permitirá un mejor seguimiento y control de la gestión gubernamental, junto con el pueblo del Estado Lara, de manera tal que nos podamos reorganizar para esta nueva época, en la cual la atención al pueblo se ejerza más, no en las cuatro paredes de nuestra sede legislativa, sino en las calles y comunidades de nuestra entid
