A más de dos décadas del desastre que marcó para siempre la memoria colectiva del país, Venezuela recuerda la tragedia de Vargas, un evento natural de dimensiones históricas que dejó miles de víctimas y transformó radicalmente la geografía y la vida social del litoral central.
El deslave ocurrido entre el 15 y el 17 de diciembre de 1999 afectó principalmente al entonces estado Vargas, hoy La Guaira, aunque sus consecuencias se extendieron también a zonas de Miranda y Falcón, siendo considerado el peor desastre natural en Venezuela desde el terremoto de 1812 y reconocido por el Libro Guinness de los récords como el alud de barro con mayor número de víctimas mortales en el mundo.
Las cifras de fallecidos nunca fueron oficialmente confirmadas y varían ampliamente según las fuentes, con estimaciones que oscilan entre menos de 700 y hasta 30 mil personas, mientras que decenas de miles quedaron damnificadas y miles fueron desplazadas, perdiéndose comunidades enteras, universidades, hoteles, clubes, vías de comunicación y gran parte de la infraestructura costera.
Desde el punto de vista técnico, el fenómeno fue provocado por lluvias extraordinarias que dejaron más de 1814 milímetros de agua en apenas dos semanas, saturando los suelos y generando violentas corrientes que descendieron por pendientes superiores a los 30 grados, arrastrando rocas, árboles y grandes volúmenes de sedimentos desde la montaña hacia el mar.
Las labores de rescate comenzaron varios días después del desastre, coordinadas por el gobierno nacional con la participación de las fuerzas armadas, Defensa Civil, cuerpos policiales y voluntarios nacionales e internacionales, utilizando el Aeropuerto Internacional de Maiquetía como principal centro de operaciones para el traslado de sobrevivientes a refugios, entre ellos el Poliedro de Caracas, mientras la ayuda internacional llegaba en forma de alimentos, medicinas, equipos de rescate y hospitales de campaña.
La reconstrucción se inició en el año 2000 con la creación de organismos especiales como la Autoridad Única de Área Especial Vargas y Corpovargas, sumando el aporte de universidades y comunidades, y años más tarde, en 2005, se puso en marcha el Plan Vargas con una inversión cercana a los 427 millones de dólares, orientado a reducir riesgos, rehabilitar quebradas y reactivar el turismo en una región que aún carga las huellas de una de las mayores tragedias del país.
