Fecha histórica para el béisbol venezolano es el día 11 de agosto de 1991. Ese día, el joven lanzador Wilson Álvarez, en lo que era apenas su segundo encuentro en las Grandes Ligas, lanzó el primer juego sin hit ni carreras para un pitcher criollo en la historia de la liga.
El abridor zurdo dejó una huella imborrable en el béisbol con tan solo 21 años, en ese momento, en la victoria de los Medias Blancas de Chicago contra los Orioles de Baltimore en el Memorial Stadium.
Su actuación fue impresionante desde el inicio: ponchó a los primeros tres bateadores que enfrentó, incluido el legendario Cal Ripken Jr., y dominó el juego durante las primeras ocho entradas, retirando a los bateadores por la vía del 1,2,3 en varias ocasiones.
En el noveno inning, a pesar de permitir dos bases por bolas, Álvarez se mantuvo firme y, con dos outs, ponchó a Randy Milligan para completar su hazaña, recibiendo una ovación de pie de los 40,455 espectadores presentes. Durante el partido, abanicó a siete bateadores y concedió cinco boletos.
El juego también fue notable por la destacada defensa del jardinero central Lance Johnson, quien realizó una jugada crucial en el octavo inning ante un batazo de Chris Hoiles.
Además, el también venezolano Oswaldo Guillén, como noveno bate y torpedero, tuvo una destacada actuación ofensiva al irse de 3-2 con dos carreras anotadas.
Los Medias Blancas ganaron el juego 7-0, y Álvarez se convirtió en el décimo cuarto lanzador en la historia del equipo en lograr un juego sin hits ni carreras. Su hazaña sigue siendo un hito memorable en el béisbol y un orgullo para Venezuela.
El hoy coach de pitcheo de su equipo tradicional en Venezuela, las Águilas del Zulia, se retiró al final de la temporada 2005, con un gran registro de 102 juegos ganados, 92 derrotas en 1747.2 episodios, con un promedio de carreras limpias de 3,96.
Versión final
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