La Embajada de Estados Unidos en Cuba reabre este miércoles los servicios consulares y de visados, la primera vez que lo hace desde que una racha de inexplicables incidentes de salud entre el personal diplomático en 2017 recortara la presencia estadounidense en La Habana.

La Embajada confirmó esta semana que comenzará a procesar visas de inmigrantes, con prioridad en los permisos para reunir a cubanos con familiares en Estados Unidos, y otros como la lotería de visas de diversidad.

La reanudación se produce en medio de la mayor huida migratoria de Cuba en décadas, que ha presionado al Gobierno de Biden para que abra más vías legales a los cubanos e inicie un diálogo con el Gobierno cubano, a pesar de una relación históricamente tensa.

Se prevé que se concedan al menos 20.000 visados al año, aunque es solo una gota de agua en el maremágnum migratorio, alimentado por la intensificación de la crisis económica y política en la isla.

A finales de diciembre, las autoridades estadounidenses informaron de que habían detenido a cubanos 34.675 veces en la frontera con México en noviembre, un 21% más que las 28.848 veces de octubre.

Mes a mes, esa cifra ha ido aumentando gradualmente. Los cubanos son ahora la segunda nacionalidad más numerosa, después de los mexicanos, que aparece en la frontera, según muestran los datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos.

La creciente migración se debe a una compleja serie de factores, como las crisis económica, energética y política, así como el profundo descontento entre los cubanos.

Aunque la gran mayoría de los emigrantes cubanos se dirigen a Estados Unidos en vuelos a Nicaragua y cruzan por tierra la frontera estadounidense con México, miles más han emprendido también un peligroso viaje por mar. Recorren 90 millas hasta la costa de Florida, a menudo llegando en embarcaciones desvencijadas y de construcción precaria repletas de migrantes.

Al éxodo desde Cuba se suma también el aumento de la migración hacia Estados Unidos desde otros países como Haití y Venezuela, lo que obliga al gobierno estadounidense a lidiar con una situación cada vez más compleja en su frontera sur.

La renovación de la tramitación de visados en la embajada se produce tras una serie de conversaciones sobre migración y visitas de funcionarios estadounidenses a La Habana en los últimos meses, y puede ser también el signo de un lento deshielo entre los dos gobiernos.

«La participación en estas conversaciones subraya nuestro compromiso de mantener conversaciones constructivas con el gobierno de Cuba cuando sea apropiado para promover los intereses de Estados Unidos«, declaró la embajada estadounidense en un comunicado en noviembre, tras la visita de una delegación estadounidense a Cuba.

Los pequeños pasos están muy lejos de las relaciones bajo el presidente Barack Obama, quien alivió muchas sanciones estadounidenses de la era de la Guerra Fría durante su mandato e hizo una visita histórica a la isla en 2016.

Los servicios consulares y de visado se cerraron en la isla en 2017 después de que el personal de la embajada se viera afectado en una serie de incidentes de salud, supuestos ataques sónicos que siguen en gran medida sin explicación.

Como resultado, muchos cubanos que querían emigrar legalmente a Estados Unidos han tenido que volar a lugares como Guyana para hacerlo antes de emigrar o reunirse con la familia.

Aunque las relaciones siempre han sido tensas entre Cuba y Estados Unidos, se agudizaron tras el cierre de la embajada y el endurecimiento de las sanciones a Cuba por parte de la administración Trump.

Bajo la presidencia de Joe Biden, Estados Unidos ha suavizado algunas restricciones en aspectos como las remesas y los viajes familiares de Miami a Cuba, pero no ha alcanzado las esperanzas de muchos en Cuba de que una presidencia de Biden devolvería a la isla a su «era Obama«.

Siguen vigentes las restricciones a los viajes turísticos a Cuba y a la importación y exportación de muchos productos.

También ha avivado las tensiones la dureza con la que el gobierno cubano trata a los participantes en las protestas de la isla de 2021, incluidas las elevadas penas de prisión impuestas a menores, un punto de crítica constante por parte de la administración Biden.

Funcionarios cubanos han expresado repetidamente su optimismo sobre las conversaciones con EE.UU. y los pasos para reabrir los servicios de visado. El viceministro cubano de Asuntos Exteriores, Carlos Cossio, dijo en noviembre que garantizar la migración por vías seguras y legales es un «objetivo mutuo» de ambos países.

Pero Cossio también culpó de la huida de decenas de miles de personas de la isla a las sanciones estadounidenses, afirmando que «no cabe duda de que una política destinada a deprimir el nivel de vida de una población es un motor directo de la emigración.»

 

ENLACE ORIGINAL: U.S. Reopens Visa and Consular Services at Embassy in Cuba | Time

 

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