El 11 de septiembre del año 2001 marcó un antes y un después en la historia estadounidense, cuando miembros de al Qaeda protagonizaron el atentado contra edificios emblemáticos de Estados Unidos (EEUU). La nostalgia se hace sentir este domingo, 21 años después del trágico acontecimiento que cobró la vida de más de tres mil personas de distintas nacionalidades y 300 heridos de gravedad, además de 24 desaparecidos.
Un aproximado de 19 miembros de la organización terrorista formaron parte del atentado, tras secuestrar cuatro aviones que fueron impactados contra las Torres Gemelas (World Trade Center), en Nueva York; El Pentágono, en Virginia; y un campo de Pensilvania.
Aquel 11 de septiembre se llevaron a cabo 4 atentados suicidas perpetrados por los yihadistas de Al Qaeda, quienes actuaron bajo las órdenes del millonario saudí Osama bin Laden. No obstante, años más tarde, el FBI (Federal Bureau of Investigation) aseguró que se trataba de 11 los ataques planificados, que no pudieron ejecutarse a cabalidad.
Tras los acontecimientos, los Gobiernos de Estados Unidos iniciaron una fuerte guerra en contra del terrorismo, extendiendo sus laboras hasta la actualidad.
Dos ataques, misma locación: las Torres Gemelas
El primer ataque suicida ocurrió hacia las 08:46 de la mañana del 11 de septiembre de 2001, cuando fue secuestrado el vuelo 11 de American Airlines, que se impactó contra la Torre Norte del World Trade Center.
Diecisiete minutos después (09:03 horas) se reportó un segundo secuestro, esta vez del vuelo 175 de United Airlines, esta sería la aeronave estrellada contra la Torre Sur.
Luego de dos horas, aproximadamente, ambos edificios se desplomaron y quedaron reducidos a escombros, dejando sepultadas a 2.753 personas.
Un avión más, ahora en el Pentágono
El tercer ataque se llevó a cabo luego de que cinco terroristas secuestraran el vuelo 77 de American Airlines y lo estrellaran a las 09:37 del 11 de septiembre en el Pentágono, edificio sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. En este ataque murieron 189 personas.
Un intento fallido: los campos de Pensilvania
El vuelo 93 de United Airlines se estrelló entre las 10:03 y las 10:06 de la mañana del 11 de septiembre de 2001 en un campo abierto de Shanksville, Pensilvania, después de que los pasajeros forcejearan con los terroristas, haciéndoles perder el rumbo.
Según explicó el FBI, el avión tenía como objetivo impactarse contra el Capitolio, en Washington D.C. Tras impactar contra el suelo, murieron los cuatro terroristas, siete tripulantes y los 40 pasajeros a bordo del vuelo.
Ataques a modo de represalias contra EEUU
En el año 2004, la red yihadista Al Qaeda se atribuyó la autoría de los cuatro ataques terroristas perpetrados el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Los terroristas afirmaron que su objetivo de entonces consistía en «castigar» a la nación norteamericana frente al despliegue y ocupación de la Península Arábiga, la Guerra del Golfo y la serie de bombardeos militares protagonizados por EEUU contra Irak.
Los implicados sumaron que también tuvieron repercusiones sobre los ataques, el constante apoyo de Estados Unidos a las monarquías y a Israel.
El líder de la red terrorista fue abatido en 2011 durante una operación de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Pakistán. El anuncio lo hizo el entonces presidente Barack Obama la noche del 2 de mayo.
Refuerzo de las medidas de seguridad
Tras los ataques del 11 de septiembre, Estados Unidos inició gestiones para reforzar sus medidas de seguridad, sobre todo en las terminales aéreas. A raíz del ataque, se volvió común que en los vuelos viajaran agentes federales encubiertos, mejor conocidos como «Air Marshals».
Dos organismos ajustaron sus medidas, las cuales pasaron de una simple revisión a un escrupuloso cateo tanto de los pasajeros como de los equipajes: La Organización de Aviación Civil Internacional cambió sus protocolos a nivel mundial, mientras que en Estados Unidos, la encargada de ello fue la Transportation Security Administration (TSA).
Entre las nuevas medidas principales destacaron el retiro de abrigos, chamarras, además de objetos que cubrieran el rostro como gorras, sombreros y lentes. En algunas solicitudes, si es necesario, también se pedía a los pasajeros el retiro del calzado. Además, los sensores de rayos X fueron actualizados en varios aeropuertos de la nación.
Desde entonces, los líquidos mayores a 100 mililitros no pueden ser trasladados en el equipaje de mano; estos deben ir en las maletas documentadas. Otro punto muy notorio integrado a la revisión fue que los aparatos electrónicos como computadoras deben ser retirados de sus fundas.